Comentario
Una de las culturas más importantes de Indochina es la que desarrollará a lo largo de diversas etapas políticas el pueblo khmer. A principios del siglo VII aparecen las primeras inscripciones en el lenguaje de los khmer que pueblan el Reino indio de Tshenla, situado en el curso medio del río Mekong, y que se desmembró a finales del siglo VIII por causas políticas y sociales. Los khmer se reorganizaron políticamente y en el siglo IX lograron establecer la unidad de la actual Camboya bajo el rey Jayavarman II (802-850), que fundó el Reino de Angkor basándose sobre todo en los aspectos religiosos. De joven, este monarca había vivido en el palacio de la refinada corte de los sailendra de Java, hasta que a su regreso a Camboya (790) trajo a su país la cultura javanesa y el protocolo real de aquella dinastía. Jayavarman II, al principio unificó el reino, que se había desmembrado en varias partes, y mientras duró esta unificación fundó algunas ciudades como Indrapura, Kuti, Hariharalaya, Amarendrapura y Mahendraparvata, esta última en el año 802, en el Phnom Kulen, a 30 kilómetros al noroeste de Angkor. La elección de este lugar está cargada de una amplia significación religioso-política, ya que el soberano eligió este monte para que fuese la montaña divina de Meru, sobre la que reinaba Indra como soberano de todos los dioses. El monarca se identificó con este rey divino y se llamó a si mismo rey de las montañas, dando a entender que el país de los khmer ya no dependía de Java y que él era el único soberano del universo. Las nuevas bases del poder de Angkor habían quedado claramente marcadas bajo una nueva directriz religiosa, ya que el soberano había recibido el poder transmitido del dios. Poco después se fundó una nueva capital, Yasodharapura, en el emplazamiento de Angkor, que alcanzó su apogeo casi un siglo más tarde, con el rey Rajendravarmam.